A la orilla de los recuerdos luminosos
se buscan los peces escondidos de la tarde,
vuelven los castillos ardientes de la arena
y bailan las ondas marinas como antes.
Navegan pensamientos errantes
entre las olas de mi corazón
y se vuelven gaviotas que
atraviesan el horizonte.
Han vuelto las huellas en la arena
a traer las rocas de la brisa
y ruedan entre la espuma
los sueños que un día lancé al eterno azul.