Publicado en A partir de 12 años

La navidad en Monte Alto

La navidad en Monte Alto

(por Adalberto Nieves)

La noche del 24 de diciembre, como todas las noches en Monte Alto, estaba fría y oscura. Este es un pequeño pueblo entre colinas, en donde no existe el alumbrado público y su población, gente muy pobre, no supera los mil habitantes.

Los más viejos cuentan a los niños lo que hacía mucho tiempo habían conocido. Hablaban de una fiesta que se celebraba  en un día como aquel, la nochebuena de navidad, pero que había dejado de ser fiesta para convertirse en recuerdos llenos de nostalgia.

Daniel, un pequeño de seis años, preguntó a su abuelo:

—Abuelo ¿ de qué fiesta hablas?

El abuelo, tratando de disimular su tristeza, le contó de la navidad.

Daniel insistía preguntando:

—¿Por qué ya no se celebra la navidad?.

El abuelo le respondió que la navidad no es para los pobres.

Esa noche, Daniel soñó que el pueblo se llenaba de luces de colores, que el aire se impregnaba de ricos olores a pasteles y dulces, que todos en el pueblo cantaban y bailaban alegres, intercambiando regalos.

Daniel despertó a la mañana siguiente y por una pequeña ventana del cuarto que compartía con sus cinco hermanos, vio que todo estaba igual. No había luces ni gente festejando.

El niño recordó lo que le había contado su abuelito. No conocería la navidad, pero se sintió feliz por haberla vivido en sueños. Salió al patio y entre la hierba vio una linda flor de pétalos rojos, la cortó con cuidado y fue a buscar al anciano. Le dio la flor y enseguida un fuerte abrazo, diciendo:

—Feliz navidad, abuelito.

Con ese pequeño gesto, ambos entendieron que la navidad no es solo fiestas, luces y regalos, que es también dar y recibir, por sencillo que sea lo que se obsequia, y que sobre todo, la navidad es compartir amor.

Autor: Adalberto Nieves

Ilustraciones: Pixabay