La pirata Triquiñuelas
se ha vuelto a enfadar
va con los puños cerrados
de aquí para allá.
Alguien ha comprado
su isla del Paraná.
Un hotel le han colocado
y de quince plantas además.

A su cueva del Tesoro
es imposible llegar,
hay turistas nadando
donde tiene que bucear.
Cuatro brazadas al norte
y al este otro par.
Después de los corales
su cofre está.

A los turistas asustará
con sus cañones oxidados
y sus piratas de mar.
<<¡Es pan comido!>>, se dice,
y pone al barco a navegar.
pero han visto niños
nada más llegar.

La pirata Triquiñuelas
Con niños no se meterá.
Ellos le dan miedo
cuando comienzan a gritar.
—Los niños son valientes—
dice su loro al pasar
por los toboganes retorcidos
ha visto a los niños escalar.

Cuando llegue enero
Triquiñuelas volverá.
Sin turistas ni niños,
su botín podrá rescatar.
Escrito por Clara Belén Gómez