Su fantasía iguala su conocimiento,
pies en la tierra,
ojos en el infinito,
la realidad no le impide soñar imposibles.

Sin límites de tiempo y espacio
crea vidas y mundos.
Tristeza y alegría lo inspiran,
dolor y placer lo motivan.

Solo o acompañado
observa, relaciona, elabora, concluye.
Biblioteca silenciosa o bullicioso café,
son su escritorio.

Estudia el pasado,
absorbe el presente,
invoca el futuro.

Con arte pinta las palabras
cultas, eruditas, técnicas o vulgares.
Sostiene la historia en una mano,
con la otra llama al mañana.

Sus ideales movilizan.
Sus metáforas transportan.
Su creación fluye en cascada de pensamientos,
como torrente que entrega cual ofrenda.
Sus frases invaden sentimientos contenidos.
Tiene el maravilloso don del verbo.
Y su verbo…se hace tinta…
y habita entre nosotros…
Él, es…critor.
Ella, es…critora.
Autora: María Añasco