Se aproximaban las vacaciones de Navidad, y en el cole de Sara los niños tenían que hacer el Belén de Infantil. Los maestros repartieron las tareas: unos harían las figuras, otros las casitas y los árboles; y el resto los animales.
—Recordad que todo tiene que estar terminado el miércoles— dijo la Seño de 1º A.
¡Ufff, qué nervios! ¡Faltaban solo tres días!
Cuando Sara llegó a su casa enseguida se puso a gritar:
—Mamá corre vamos a ponernos los abrigos, tenemos que comprar muchas cosas para el Belén.
Su madre le pidió que se tranquilizara y que mientras merendaba le contara lo que tenía que hacer. Así entre sorbo y sorbo de leche se enteró del gran acontecimiento: a Sara le había tocado el Ángel.
—La seño Maruja quiere que lo haga de plastilina. Entonces pesará tanto que no podrá volar. ¿Me vas a ayudar?
—Claro hija.
Así que se pusieron a buscar materiales. Un canuto de cartón fue el cuerpo, al que Sarita pegó un precioso papel dorado, que sirvió de vestido. La cabeza fue un trozo de cartulina en la que su madre Elena, pintó unos ojos enormes para que vieran muy bien el cielo. De la misma cartulina nacieron las alas, y de un ovillo de lana amarillo, una cabellera de revoltosos rizos.
— ¿Qué te parece mamá?
—Es encantador.
—Bueno está un poquito gordito, pero es que le gustan mucho las nubes. Le voy a llamar Angelote.
Y por fin llegó el miércoles. Hacía un frío tremendo y llovía. Decidieron meter a Angelote en una caja para que no se mojara. Sarita además le puso una sombrilla de papel, de esas que ponen en los helados de verano.
Fue un día inolvidable, todos los niños ayudaron por turnos a montar el Belén. El resultado no dejó indiferente a nadie. Algunas ovejas eran más grandes que los pastores. El Niño Jesús verde, porque Manuel el de 2ª B no tenía plastilina de otro color. La virgen María amarilla, y San José marrón. Los Reyes magos resultaron ser siete.
Uno de los pastores iba en silla de ruedas. Luis que era un empollón dijo que no podía ir en silla de ruedas porque todavía no las habían inventado.
—Y las luces tampoco— dijo la seño Maruja.
Y todos se rieron porque el Nacimiento estaba iluminado por muchas lucecitas de colores.
Por tener, tenía hasta un dinosaurio, que pusieron al lado del buey porque el Niño Jesús quería tenerlo cerca.
El Belén de Infantil era diferente, con figuras o muy grandes, o muy pequeñas. Algunas hasta sin cabeza, pero ninguna fea, porque ser diferente no te hace menos que nadie, sino especial.
Cuando terminaron las clases Angelote no estaba en el Portal. Lo buscaron por todos sitios sin encontrarlo. Los niños miraban a Sara pensando que se pondría muy triste, pero ella estaba muy contenta. ¿Y sabéis por qué estaba tan feliz? Porque ella había visto como Angelote volaba hasta el azul del cielo.
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Haz manualidades con Sara: Angelote
Necesitamos:
-Un canuto de cartón (de los de papel higiénico).
-Cartulina o papel blanco para la cabeza y las alas.
-Cartulina o papel de otro color para el vestido.
-Lana o cinta de regalo para el pelo.
-Rotuladores de color negro y rojo para dibujar la cara.
-Pegamento, tijeras y cinta adhesiva.
Cortar un trozo de cartulina blanca y otro más grande de color, y pegarlos al canuto de cartón. Puedes ponerle un lazo o una cinta que los separe.
Con la cartulina blanca dibujar unas alas, y pegarlas por la parte de atrás con cinta adhesiva.
Enrollar la lana en un cartón hasta hacer una madeja. Atarla por el centro. Y cortar los extremos. Pegar con cola en la parte de arriba del canuto de cartón. y con las tijeras cortar la lana hasta darle la forma que nos guste, o si quieres puedes hacerle una coleta.
Pintar los ojos y la boca, te puede ayudar alguien.
Pide ayuda aunque no sea difícil, porque hacerlo en familia es mucho más divertido.