Pico, Pato, Paco estaba muy sentadito,
esperando.
Los vecinos lo miraban asustados.
Todos pensaban,
«¿qué travesura estará tramando?»
La mala fama lo acompañaba
aunque lo cierto es
que más de una trastada causaba.
Pero, Pico, Pato, Paco solo esperaba
y su culito miraba.
Un huevo quería poner
y por más que apretaba
de allí no salía nada.
Pico, Pato, Paco solo sabía,
que sus hermanas se sentaban
y el huevo ponían
luego lo acunaban entre sus patas
y un nuevo patito
entre cáscaras salía.
Pico, Pato, Paco allí estaba
observando su trasero
y nada de nada.
Pico, Pata, Paca, que por allí pasaba
le preguntaba qué pensaba.
Un huevito quiero poner,
pero de aquí no sale nada de nada.
—Ni nunca saldrá pues no eres una pata—
le contestó su hermana.

Autora: María José Vicente Rodríguez
Es muy tierno. ¡Precioso!
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Qué poesía tan tierna. Qué penilla da el patito que quiere poner un huevo y no puede.
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