El sueño de Amalia
Amalia es una pequeña niña, linda y muy dulce, como todos los niños.

Ella adora los animales, pero nunca ha tenido uno en casa. Ese es su mayor sueño: tener una mascota a quien querer y con la que pueda jugar.
Su padre le ha explicado que no se deben comprar a las mascotas, ni tampoco ser regaladas.
—¿Por qué no se puede, papá? —preguntó lo niña, algo triste.
—Es para evitar que los animales sean luego abandonados por las personas. —contestó su padre, tratando que su pequeña le entendiera.
—Yo lo querría mucho, y nunca, nunca, le haría daño ni lo abandonaría —fue la respuesta de Amalia y sus palabras llegaron al corazón de su papá.
—Lo sé, mi niña. Quizás un día, cuando estés algo mayor y sepas como cuidar a un perrito, darle su alimento, bañarlo y puedas limpiar todo si ensucia, entonces te llevaré a un refugio para adoptar un pequeño cachorro, el que más te guste.
Los ojos de Amalia se iluminaron como dos estrellas brillantes. Esa es su gran ilusión y esperará el día en que pueda adoptar a su mascota.
—Gracias, papi. Me alegraré mucho si lo podemos hacer.
Y Amalia se sentó en un lugar del salón, imaginando que tenía a el pequeño perrito en sus brazos, que jugaba con él. Cuando eso sea una realidad, le pondrá un bonito nombre, cuidará de él y le dará mucho amor. Será como tener un amiguito con quien compartir momentos felices.

Un año después, cuando Amalia tenía seis años, su padre la llevó al refugio a buscar un perrito que necesitara un hogar. Allí, apenas entrar, su mirada se dirigió al lugar donde una pequeña perrita de color canela estaba echada, como esperando a que alguien fuera por ella.

Hicieron los arreglos y le dieron a la pequeña chihuahua en adopción. Al llegar a casa, el padre pregunto:
—¿Qué nombre le pondrás a tu amiguita?
Amalia mostró una gran sonrisa y le contestó:
—Canela, se llamará Canela, como el color de su pelo.
Desde ese día, la casa se llenó de alegría y risas con los juegos de Amalia y Canela. Eran dos seres hermosos: ella llena de ternura, y la perrita, inteligente y juguetona, aunque también era algo ruidosa, con sus agudos ladridos.

Nota del autor: Dedicado a mi sobrina nieta, Amalia, por su cumpleaños.
Autor: Adalberto Nieves. @Yocuento2
Imágenes: Fotos del autor e imágenes de Pixabay
Qué tierno y hermoso, Adal. Qué bonito cuento para Amalia.
Me gustaLe gusta a 2 personas
Gracias Olga.
Me gustaLe gusta a 2 personas
Qué ternura de cuento. Que hermosa mascota tiene la pequeña Amalia. Es un homenaje precioso, Adal.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Maravilloso relato que enseña el respeto a los animales, el valor intrínseco que representan y no por su costo comercial. Muy buena la enseñanza del padre a la niña aún cuando ella amaba a las mascotas. Transmite amor y responsabilidad.
Me gustaMe gusta