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Berry, la princesa del reino de las frambuesas.

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En la isla que se llama Monte Dormilón. Viven 3 amigos que son, uno pirata, una bruja y uno dragón. El primero tenía una pierna de palo, la otra un vestido enmugrentado y el ultimo no vestía pantalón.

Un día llegó al Monte Dormilón, un mensajero montado en un muflón. Traía una invitación para el pirata, la bruja y el dragón.  Esa misma tarde sería la celebración, por el cumpleaños del rey, de quien se murmura que es muy gordinflón.

El barco del pirata, las aguas surcaban, y por los cielos, los otros dos volaban. Una en su escoba y otro con sus alas se impulsaba. Iban a la fiesta del rey, a pasar una buena tardeada.

El rey Elefante, vestía un traje muy elegante. Igual que los príncipes antílopes y los caballerosos caballos. Había osos con sus pelajes hermosos, y papagayos con sus primorosos plumajes.

Tan bonito vestían todos, que sintieron tristeza en el corazón, el pirata, la bruja y el dragón, pues sus ropajes no eran de sastre, mas bien, era un desastre.

Al festejo arribó un carruaje demorado, donde viajaba, la princesa Berry, desde el reino de las frambuesas, vistiendo su vestido morado.

—¿Qué razón aflige el corazón, de un pirata, una bruja y un dragón? —la princesa preguntó. Y el pirata le contestó:

—Argg! Mira nuestras ropas y nuestras pieles. Están sucias y andrajosas. Y de entre todos los invitados, nos sentimos incomodados, preferimos irnos a otro lado, y despedirnos de esta fiesta maravillosa.

—No digas cosas insensatas, amigo pirata. No existe un vestido de etiqueta, pues todos los presentes, se distinguen por ser diferentes. Unos tienen colmillos y otros dientes, unos tienen plumas y otros, pelajes encima de sus pieles. El único sombrero pirata de la fiesta, tu lo tienes. Yo soy quien soy, y tu eres quien eres. Aunque, si lo prefieres, préstame tu sombrero y así seremos dos piratas y amigos fieles. Y podemos también, entre los dos, hornear pasteles.

Berry la princesa del reino de las frambuesas, organizó a toda la audiencia, para hacer pasteles y galletas. Con el sombrero del pirata en la cabeza, les sacó a los tres amigos, una enorme sonrisa.

Entre hoyas, harina y ceniza, los invitados se ensuciaron de rabo a cabeza.

Todos ayudaron a hornear los postres, y compartieron juntos, su felicidad en la mesa. Nació una fuerte amistad, entre el pirata, la bruja, el dragón y Berry, la princesa…y pastelera del reino de las frambuesas.